OPINA RADIO CLARÍN
La primera vuelta de la elección presidencial del domingo en la Argentina sorprendió a todos. Milei, que había salido primero en las primarias, era el gran favorito, y nadie en Argentina había anticipado la posibilidad de que fuera superado por Massa, el hombre que lleva las finanzas de un país que tiene casi un 140% de inflación interanual.
Es que en el espectro internacional no hay muchos casos en que un Ministro de Economía sea candidato a Presidente… y hasta el sábado pasado no había en el mundo entero ningún caso de Ministro de Economia con 12 % de inflación cada cuatro semanas, que lograse ser el más votado de los candidatos.
Ese 36,7 % de los votos que consiguió Sergio Massa sorprendió a todos y viene dando que hablar a los medios de comunicación con vigencia mundial:
– el Washington Post escribió que la Argentina ensalza y ama ser pobre;
– Le Monde señaló que creían muerto al peronismo pero resucitó;
– y la BBC de Londres sacó a relucir una frase del General Juan Domingo Perón que ha vuelto a parecer profética: «Aunque nos derriben mil veces, mil veces volveremos» y ha señalado que “cada vez que se anuncia el final de la principal fuerza política de la Argentina, ésta resurge”.
Como el Uruguay es el país históricamente más ligado a la Argentina, el resultado de la primera vuelta y el pronóstico para la segunda vuelta integran la comidilla coloquial de estas horas.
Todos deseamos, y necesitamos, que la Argentina tome un rumbo cierto y limpio que la saque de la tragedia de corrupción y equívocos en que aparece sumida y le construya un destino de acuerdo a su espléndido potencial.
Junto con ese deseo, todos debemos cuidar que nuestra democracia, que ha sido mejor sembrada desde los tiempos de José Gervasio Artigas, no incurra en más flaquezas que las que ya tiene, como la falta de participación ciudadana en los partidos políticos y la ausencia de batallas doctrinarias que revitalicen la filosofía política común.
En vez de mirar con asombro cómo votaron los hermanos argentinos, debemos ocuparnos de que todos juntos nos reeduquemos para extraer el mejor fruto posible de la estabilidad política y constitucional que felizmente sigue siendo un timbre de honor del Uruguay.
Así lo siente y así lo firma Radio Clarín.