El Poder Judicial volvió a vivir ayer lunes 4 de diciembre una jornada de crisis que deberá anotarse en los recordatorios que vendrán.

En la semana pasada se conoció que los funcionarios y los actuarios se movilizaban contra el Director Administrativo de los servicios de Justicia, Ingeniero Informático Marcelo Pesce, y contra sus dos colaboradores inmediatos, pidiendo que se los separase inmediatamente de sus cargos.

El desencadenante fue el suicidio de un funcionario que se sintió destratado y perseguido, y que por ese motivo terminó quitándose la vida.

En respuesta, la Asociación de Funcionarios Judiciales y la Asociación de Actuarios formularon una fuerte protesta -que apoyamos en nuestro editorial del pasado lunes 28 de noviembre.

El viernes  hubo un paro de  tal magnitud que la Suprema Corte resolvió declarar que esa jornada era un día hábil.çç

Ayer en  la mañana, la Asociación de Magistrados del Uruguay adhirió a la protesta  con un fuerte comunicado. Y en la tarde se supo que el Ingeniero Pesce había renunciado al cargo.

Seguramente esa renuncia  va a  descomprimir la tensión, pero, según las reglas del Estado de Derecho no va a detener la indagación decretada ni va a impedir que ella siga hasta sus últimas consecuencias.

El  tema importa porque el Poder Judicial es un pilar fundamental del  sistema  democrático-republicano asentado en la Constitución; y porque el triste conflicto vivido en estos días tuvo sobrada razón de ser.

Pero además importa porque esto que  ocurrió en nuestra Justicia es una muestra de la clase de consecuencias que genera el distanciamiento que surge cuando se impersonalizan los servicios y se coloca  a los protocolos informáticos por encima de las reglas connaturales a las relaciones humanas, que deben ser muy  exigentes pero también muy cálidas.

Ojalá el episodio no se disuelva en el olvido y, en cambio, provoque una profunda reflexión ciudadana sobre todo lo que hemos perdido en valores humanos y todo lo que nos falta para ser el pueblo respetuoso y culto que debemos ser.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.