En el día de ayer se presentó denuncia penal contra el señor Yamandú Orsi, quien hasta hace unos días fue el Intendente de Canelones y ahora está abocado a sostener su postulación como pre-candidato presidencial del Frente Amplio. La denuncia la presentó una persona que hasta ahora no se ha identificado públicamente. La imputación se refiere a un hecho que habría sucedido hace 10 años o más. Hace días lanzó la versión la misma transexual que denunció al ex senador Penadés, pero sin identificar quién sería la víctima del maltrato imputado. Y una semana después la denuncia empieza a tramitarse en una de las Fiscalías de Ciudad de la Costa. Por ahora, nada aparece concreto. La descripción que se ha divulgado de los hechos habla más de una inconducta privada que de un delito tipificado. La década transcurrida hace pensar en una probable prescripción. Por eso insistimos: nada aparece pasible de probar y nada suena concreto, salvo el visible propósito de atacar la personalidad y la reputación del señor Orsi, precisamente en las horas en que recién está comenzando la campaña por las elecciones internas. Cualquiera sea el resultado de la investigación que realice la Fiscalía y cualquiera sea la preferencia de cada uno de nosotros, nos resulta imprescindible hacer una pausa para recordar que toda batalla electoral debe someterse a reglas de lealtad que la conviertan en una competencia limpia y transparente; y para dejar constancia del desprecio que merecen interferencias de esta laya. Tenemos una tradición demasiado clara y honesta como para merecer que nuestro sistema republicano-democrático se vea salpicado por acusaciones retroactivas con propósito difamatorio. Esa tradición debemos custodiarla entre todos, en bien de la Constitución y el respeto institucional, luchando juntos para que el Uruguay no deje entrar prácticas sucias que hostigan y ensombrecen el destino de pueblos con menos historial cívico que el nuestro. Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.