A la vista de lo ocurrido en Venezuela en las últimas semanas, el Presidente de la República, Dr. Luis Lacalle Pou, volvió a condenar al régimen de Nicolás Maduro, señalando que, a pesar de los anuncios de comicios, no podrá haber elecciones democráticas con líderes opositores presos o proscritos.
Ese concepto es obvio. A los uruguayos nos nace de las entrañas respetar el derecho de los discrepantes y legitimar las elecciones mediante la suprema garantía de la libertad. No podemos aceptar como legítimos los llamados a las urnas con un gobierno persiguiendo a los adversarios.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, se permitió salir al cruce.
No desmintió que en su país haya presos políticos. No desmintió que la candidata opositora María Corina Machado acaba de ser inhabilitada por 15 años para ocupar cargos públicos. No refutó los nuevos hechos que motivaron la nueva condena de nuestro gobierno al gobierno de Venezuela, que –precisamente por falta de democracia- está suspendido desde el años 2017 en el Mercosur.
En vez de refutar los hechos que motivaron la rotunda expresión del Dr. Lacalle Pou, la Vicepresidenta de Venezuela se dedico a agraviarlo, insultando con ello no sólo a la persona de nuestro Primer Mandatario, sino también a su investidura constitucional –que es el modo con que los uruguayos acordamos vivir en libertad republicana.
El asunto no puede dirimirse por concurso de agravios. Por tanto, hace bien el gobierno nacional en no retrucar a la deslenguada Vicepresidenta Rodríguez, dejándola cocinarse y recocinarse en su propia salsa.
Al mismo tiempo, haremos bien todos los uruguayos –del partido que fuere y con la ideología que cada uno cultive- en coincidir en realzar el valor de las garantías electorales y la libertad, con independencia del régimen económico que cada pueblo quiera darse en uso de su inalienable soberanía.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.