La Suprema Corte de Justicia destituyó a la directora del Departamento de Servicios Administrativos, Alzer Arezo, y al escribano adjunto Ignacio Wilf, por acoso laboral. Resolvió, además, enviar el expediente administrativo a la Fiscalía General de la Nación para que evalúe el inicio de una investigación penal contra los funcionarios.
La drástica resolución fue el corolario de la investigación administrativa y los sumarios que se iniciaron en seguida de que en noviembre de 2023 la Asociación de Funcionarios Judiciales (AFJU) denunció a los nombrados jerarcas por acoso laboral, al saberse que el funcionario judicial José Luis Richino se había suicidado por consecuencia de la persecución sufrida en las oficinas internas del Poder Judicial.
Por este caso, en diciembre de 2023 renunció el director del servicio administrativo, Ingeniero Marcelo Pesce, quien asesoraba directamente a los ministros de la SCJ, tras una manifestación en la que todos los gremios del Poder Judicial le reclamaron que fuera removido.
Tras la investigación, los Ministros de la Suprema Corte confirmaron la violencia psicológica denunciada por los funcionarios, que abarcaba insultos, hostigamiento a través de las cámaras de vigilancia, prohibición de hablar con los compañeros y hasta obligación de pedir permiso para ir al baño. Por esa causa, dispusieron la destitución de los dos jerarcas y el pasaje de los antecedentes al sistema penal hoy manejado desde la Fiscalía General de la Nación.
Apoyamos y aplaudimos la rotundidad de la resolución. Al mismo tiempo, señalamos que los acosos no van a terminar, si se sigue llegando tarde a castigar hechos ya consumados y dolorosamente irreversibles.
Hace falta enseñar que detrás de todo acoso hay una insuficiencia de la cultura, de la educación y del respeto por la persona. Y hace falta que todos recordemos que en materia de respeto, todos somos aprendices y todos somos enseñantes a la vez.
A nuestro Uruguay le falta una meditación profunda sobre la persona y un cultivo acendrado del vínculo con el prójimo, siempre irrepetible y siempre irreemplazable. Esa meditación y ese cultivo constituye la mejor prevención contra brutalidades, como ésta que, con resultado trágico, vivió un grupo de ciudadanos que trabajan en el Poder Judicial, que, habiendo cerrado esta deplorable circunstancia, ojalá vuelva a encarnar la Justicia y a ser ejemplo de robusta sensatez.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.