Como se sabe, en la presente semana el Presidente de la República, Dr. Luis Lacalle Pou, participa en Nueva York en el septuagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Acompañado por la Ministra de Economía Azucena Arbeleche y por el Canciller Omar Paganini, mañana jueves se reunirá con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.

Para los uruguayos, ese encuentro no debe pasar inadvertido ni debe tomárselo como un acto protocolar sin sustancia, ya que tanto los antecedentes históricos nacionales como la personalidad del actual Secretario General de la ONU encarnan valores que merecen iluminar la coyuntura actual del mundo.

Erizados de conflicto, horadada la paz por matanzas sin control y traicionada la convivencia por armas cada vez más sofisticadas, cobran cada vez más valor los principios humanistas con los cuales Uruguay participó de la fundación de las Naciones Unidas y tienen cada vez más sentido los angustiosos llamamientos a la paz que, desde su alto cargo mundial, formula Antonio Guterres.

El señor Guterres es el noveno Secretario General de las Naciones Unidas. Ya en la etapa liceal descolló como el mejor alumno, tras lo cual fue Ingeniero Físico, catedrático universitario, Primer Ministro portugués y Alto Comisionado para los Refugiados del mundo. A ello suma una sólida formación filosófica y una acendrada vocación de servicio, inscriptas ambas en la raíz latina y portuguesa que lo acerca culturalmente a nosotros.

Como Jefe de Estado de un pueblo libre, el Presidente de la República representa por igual a sus partidarios y a sus adversarios, y dialogará con el Secretario General de la ONU contando con el alto respaldo que siguen reflejando las encuestas, incluso en el último semestre de su mandato.

Hay que desear la mejor inspiración para ese encuentro de dos grandes servidores públicos:

-uno, enraizado en la Constitución Nacional;

– el otro, enmarcado en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas; y

– los dos, comprometidos con ideales humanistas que sigue costando mucho realizar pero siguen siendo el único faro de esperanza en medio de la desorientación en que vive el mundo de este año dos mil veinticuatro.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.