Hoy se conmemoran 179 años del nacimiento de José Pedro Varela.
Todo el Uruguay, sin distinción de credos ni ideologías, debe rendirle homenaje, por lo que hizo y por lo que, en bien de “La educación del pueblo”, proyectó mucho más allá de su vida, de sólo 34 años pero excepcionalmente fecunda.
Fue el ideario de Varela el que nos legó la escuela laica, gratuita y obligatoria que nos singularizó en el concierto sudamericano desde finales del siglo XIX.
El 19 de marzo de 1845 nació José Pedro Varela en Montevideo, que entonces vivía el Sitio de nueve años que le impuso la Guerra Grande y que le valió que Alejandro Dumas la bautizara como “La Nueva Troya”.
Formado en el Colegio de los Padres Esculapios, desde setiembre de 1867 a agosto de 1868 Varela viaja por Estados Unidos y Europa; y a su regreso, junto a personalidades como Elbio Fernández y Carlos María Ramírez, creó la “Sociedad de Amigos de la Educación Popular”.
En 1874, trascendiendo el propósito inicial y realizando un abordaje orgánico de la cuestión educacional, Varela escribió su libro “La educación del pueblo”. Y dos años más tarde, publicará “La legislación escolar”, donde se esfuerza por relacionar las carencias educacionales con los problemas esenciales del Uruguay.
En 1876, durante el gobierno del coronel Lorenzo Latorre, José Pedro Varela acepta el puesto de presidente de la Comisión de Instrucción Pública de Montevideo, que ejercía la superintendencia de todas las escuelas del país.
Tres meses después de ser designado presentó al gobierno su proyecto de Ley de Educación Común, cuyos fundamentos teóricos había desarrollado en el mencionado libro “La legislación escolar”.
En esa obra Varela realizó un profundo análisis sobre las causas que colocaban al país en una situación crítica, concluyendo que era indispensable elevar el nivel de la educación popular si se deseaba superar el estado caótico y desorganizado que caracterizaba a la sociedad uruguaya.
Basta mirar el panorama público del corriente año 2024 para darnos cuenta que a Varela le debemos mucho más que recuerdos por el centésimo-septuagésimo-noveno aniversario de su natalicio. Le debemos el regreso a su inspiración y la obediencia a sus mandatos, fuertemente vinculados a las grandes corrientes educadoras que, en el Cono Sur, movilizaron Sarmiento y Andrés Bello.
Sí: ante cada retrato de José Pedro Varela erguido en las escuelas esparcidas por calles y caminos de la patria, debemos renovar el compromiso con la educación y la cultura de todos y para todos, empezando por encarnarla poniendo en valor lo mejor de nosotros mismos.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.