Después que el gobierno concentró fuerzas, tiempo y espacios periodísticos en la fundamentación de por qué NO hay que votar la reforma constitucional sobre las jubilaciones, los promotores de tal reforma pidieron que se les habilitara a usar la cadena nacional de radio y televisión.
El gobierno la otorgó.
Sin demora, sin negociaciones, sin retrogustos, dispuso que en el atardecer del lunes próximo habrá cadena en la que se argumentará a favor del proyecto de reforma que el gobierno combate.
El otorgamiento de la cadena nacional es un documento más del clima uruguayo de total respeto por la libertad de expresión.
La vida republicana nacional se construyó en diálogo y en polémicas.
El país se construyó con protagonistas que supieron escuchar atentamente al adversario para compartir sus planteos o para refutarlos. El país se edificó con lucha de ideas, aplicando la tradicional regla civilizadora: primero se piensa y después se actúa.
Por eso, aplaudimos la apertura liberal –liberal en alma más que en economía- con que el gobierno dispuso que el PIT CNT esgrima sus argumentos en cadena radiotelevisiva.
Y por eso también, subrayamos la importancia de que la ciudadanía en conjunto reflexione a fondo sobre lo bueno y lo malo del proyecto de reforma.
Esa reflexión es imperiosa no sólo para esclarecer las consecuencias financieras de la reforma que discuten los economistas y que no apoya ningún candidato a la Presidencia.
Es imperiosa porque los uruguayos tenemos necesidad cívica y civilizadora de superar el empobrecimiento de nuestra vieja costumbre de pensar a fondo y decirlo en voz alta, sin callarnos porque el otro vaya a discrepar.
En definitiva, una nación progresista es un pueblo que se eleva en sentimientos y pensamiento, tanto para planificar su trabajo y su jubilación como para ascender en todos los órdenes que dignifican la vida humana.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.