Opina Radio Clarín
Juan Luis Cebrián es un periodista de raza, que fue fundador y director del Diario El País, de Madrid.
Su voz tiene autoridad internacional desde los tiempos en que terminó la dictadura de Franco y España estableció la libertad, instaurando una monarquía constitucional, con un gobierno que no es republicano pero es democrático.
Porque el señor Cebrián tiene autoridad, no debemos pasar de largo frente a la advertencia que formula en su última publicación, titulada “La decadencia de la Europa unida”. En ella afirma que “Existe un funcionariado europeo capaz y exigente, cuya sólida acción garantiza la permanencia de esa alianza, pero la mediocridad de su clase política, y la desigualdad en las culturas que la animan -según su origen y su procedencia- no permiten avizorar el sueño de sus fundadores.”
No se trata sólo de la decadencia en cultura y valores en la vida interna de las naciones de Europa. Se trata de que ha decaído también su prestigio internacional.
El señor Cebrián pone en palabras algo que en el Uruguay todos sentimos, al recordar que “Hace apenas cinco años, las elites del continente europeo se miraban a sí mismas como los árbitros y mediadores en la competición en Estados Unidos y China por el liderazgo de un nuevo orden mundial.” En cambio, “Ahora Europa se encuentra sometida a serias incertidumbres de futuro. Convertida en una obediente delegación de la NATO, destruida la relación con Rusia tras la ilegal invasión de Ucrania, tampoco es capaz de jugar un papel relevante en el conflicto del Oriente Medio.”
Y agrega el señor Cebrián: “Envejecido como está el continente europeo, empeñados sus gobernantes en rebajar las horas laborales, ávidos los gobiernos de aumentos impositivos para financiar un estado del bienestar cada vez más deteriorado, en África cientos de miles -quizá millones- de jóvenes depauperados, condenados al hambre y la violencia política, están dispuestos a perder su vida echándose a la mar en embarcaciones ruinosas con tal de alcanzar las costas europeas.”
Puesto que ese es el panorama de Europa y del norte mediterráneo de África, y puesto que las guerras siguen destrozando el destino de naciones enteras, todo indica que aquí, en el Uruguay, debemos fortalecernos para estar abiertos a la inspiración extranjera pero no depender de lo que piensan otros.
Estamos obligados a lograr nuevas síntesis propias, si queremos sobrevivir en un mundo donde la civilización retrocede frente a la ignorancia y la barbarie.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.