En un juicio que ha captado la atención internacional, el ex presidente del Perú Alejandro Toledo fue condenado a 20 años y seis meses de prisión por su implicancia con los negociados de la constructora brasileña Odebrecht.
La condena se le inflige por haber pedido sobornos por 35 millones de dólares para asegurar que Odebrecht ganara la licitación para construir la carretera Interoceánica, que conecta al Perú con Brasil.
El caso se centra en la acusación de que Toledo recibió sobornos a cambio de favorecer a la empresa brasileña Odebrecht –protagonista del Lava Jato- al adjudicarle el proyecto vial, que fue completado en 2013 y abarca una extensión de 2,600 kilómetros.
El ex gobernante, quien niega las acusaciones en su contra, fue extraditado desde EE.UU. en abril de 2023 y se encuentra recluido en la prisión de Barbadillo.
Un día antes de escuchar la sentencia, EE.UU. otorgó una ampliación de extradición para Toledo por el caso Ecoteva, relacionado con la transferencia de fondos de Odebrecht a una empresa en Costa Rica, con los cuales se adquirieron bienes en territorio peruano. Este proceso también involucra a la exprimera dama Eliane Karp.
La reciente condena marca una etapa más en una seguidilla de gobernantes corruptos que sufrió el Perú. Alberto Fujimori –que desde 1990 fue presidente constitucional y desde 1992 se hizo dictador-, Ollanta Humala –presidente entre 2011 y 2016 y Pedro Pablo Kuczynski –Presidente entre 2016 y 2018-, todos ellos dejaron el poder en medio de grandes escándalos de corrupción por los cuales recibieron carcelazos. A la lista debemos sumar al recordado Alan García, que fue dos veces Presidente y se quitó la vida en abril de 2019 para no ir preso por acusaciones sobre sobornos.
Desde la cercanía fraternal que nos une con el pueblo peruano, valoramos y aplaudimos que tenga fiscales y jueces capaces de indagar y condenar Presidentes. Pero deploramos que haya tenido una ristra de gobernantes que han sido incapaces de vencer la tentación de hacerse ricos con plata mal habida, distorsionando y ofendiendo al régimen democrático por el cual se hicieron elegir.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.