La culminación de la campaña electoral está exhibiendo pruebas actuales de cuánto vale para nosotros los uruguayos- la vida en libertad.

En todos los rincones del territorio nacional, están presentes las propagandas contrapuestas, los planteos divergentes y las convocatorias a votar a candidatos que obviamente son adversarios entre sí.

Una fiesta de caras, colores y números domina las calles y caminos de la patria y evidencia que el respeto por el prójimo sigue siendo un alto valor en la Banda Oriental, signada por la suprema regla artiguista: ”Con libertad no ofendo ni temo”.

Desde esa libertad, el domingo próximo hablarán las urnas. Sus resultados están garantizados por un sistema electoral inexpugnable, que debe enorgullecernos.

Cuando esos resultados arrojen el veredicto de la ciudadanía, preparémonos para seguir ejerciendo la libertad, no sólo para que la mayoría gobierne y la minoría ejerza la oposición, sino para que gobernantes y opositores profundicen su capacidad de escucharse recíprocamente.

Por encima de las banderas de cada partido político, hay mandatos constitucionales que están sin efectivizarse y hay necesidades urgentes que reclaman y exigen la atención de todos.

Gane quien gane la primera y la segunda vuelta electoral, debemos sentirnos todos convocados a defender los valores conquistados, en lucha abierta con las caídas en el delito, en la drogadicción, el abandono familiar y la disolución de la persona.

Si nos toca vivir en un mundo cruel y deshumanizado, no nos resignemos a que nos contagie sus infamias.

Sepamos defender los sentimientos y el pensamiento, cuyo ejercicio nos torna realmente humanos.

Ese camino debe hermanarnos no sólo a la hora de votar en paz y en libertad. También debe unirnos a la hora de fortalecer el Estado de Derecho, sin el cual no nos reconocemos a nosotros mismos.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.