Al caer la noche del miércoles 22 de noviembre -en las mismas horas en que Álvaro Delgado y Yamandú Orsi terminaban sus campañas por el balotaje-, ocurrió un hecho mayor en la historia de la música nacional: en la majestad del teatro Solís. La orquesta tropical la Decana -continuadora de Sonora Borinquen- actuó ensamblada con la Orquesta Filarmónica de Montevideo, bajo la batuta del Maestro Martín García.
La orquesta clásica y la orquesta tropical se unieron para homenajear al pasado, el presente y el futuro de los ritmos caribeños que el público nacionalizó como uruguayos.
En un teatro Solís repleto, la percusión fuerte de la Decana se ensambló con la delicadeza de las cuerdas y el vigor de los vientos de la Filarmónica. La poesía inmediata de las letras de la Decana se recostó sobre la flexibilidad y la dulzura de los violines clásicos.
La alegría instantánea de la Sonora de hoy -bailable hasta en los asientos- se integró con los instrumentos clásicos que tienen siglos.
La música popular y las orquestaciones cultas se unieron en ritmo y melodía. No fue la primera vez, ya que todos recordamos que el tango logró niveles sinfónicos en los tiempos en que Federico García Vigil dirigía la Filarmónica, en rutas conceptuales que había abierto Astor Piazzola, consagrado ya en la inmortalidad.
No debe pasar inadvertido todo el mensaje de exhortación y compromiso que contiene la re-unión de lo popular y lo culto en el mayor escenario del Uruguay.
No debe pasar inadvertido, porque nuestro país tiene excelente experiencia en la unificación artística.
No debe pasar inadvertido, porque gran parte de la música culta para orquestas de 80 o 100 músicos nació en la sencillez de un canto popular que se hizo tradicional.
Y sobre todo, no debe pasar inadvertido en una época azotada por la formación de tribus enemigas que se maltratan, frente a lo cual el arte, hasta por instinto, es una gran herramienta para educarnos en comprender y a unir lo que tenemos por opuesto e inconciliable.
Si aprendemos bien la lección del arte –que está por encima de épocas y estilos- renaceremos como espíritu nacional y como país unido, que es lo que más necesita el Uruguay de hoy.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.