Gerardo Sotelo ejerció el periodismo de información y opinión durante largos años. Se retiró de esa tarea y asumió militancia en el Partido Independiente, con cuyo apoyo fue designado Director del Secan, desde le cual dirigió los Medios Públicos con elogiable imparcialidad, sin banderías políticas.
Gerardo Sotelo fue elegido Representante Nacional. Ayer, en la cuenta Equis, hizo interesantes reflexiones sobre la derrota presidencial de la Coalición Republicana que su partido integró.
En esas reflexiones, dijo Sotelo: “Definitivamente, los datos no matan los relatos”.
“El relato es una narrativa que se construye utilizando elementos subjetivos que buscan conectar emocionalmente con el público, y que, si se trabaja de forma sistemática, se consolida con el tiempo.”
En cambio, “el dato es una información objetiva y verificable que sirve para respaldar argumentos o decisiones y que conecta principalmente con el cerebro”.
Por lo tanto, deduce Gerardo Sotelo, “Los relatos falsos o manipuladores se combaten con otros relatos” que unifiquen la verdad “con emociones genuinas, en una narrativa coherente, transparente y honesta”.
Más adelante, establece Sotelo el valor de los sueños, los proyectos y los ideales, para desembocar en la necesidad de librar una batalla cultural dentro de la opinión pública.
El enfoque es realista y lúcido, por lo cual lo compartimos. Señalando que lo que deja a la vista el excelente análisis del señor Gerardo Sotelo es que en el Uruguay estamos pobres de reflexión y filosofía, tanto las personas individualmente como la ciudadanía en su conjunto.
Un materialismo ramplón le achicó el horizonte al proyecto de vida individual y colectivo. Por eso, se hacen campañas pretendiendo que los datos maten relatos establecidos. Y por eso, hay hombres exitosos en política que construyen su imagen sin sembrar conceptos ni vivificar ideas.
Ortega y Gasset nos enseñó que la cultura no consiste en lo mucho que se haya estudiado sino en el conjunto de ideas a partir de las cuales se vive.
Por eso, en el Uruguay de hoy, todos –empezando por los medios de difusión- tenemos el deber de engrandecer los sentimientos y hacer germinar ideales.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.