Tuvieron repercusión internacional las expresiones de respeto a los adversarios que profirió Yamandú Orsi cuando habló ante sus partidarios en la noche del domingo, tras confirmarse que será el próximo Presidente de la República.

Dentro de esa repercusión internacional, no deben pasar inadvertidos los comentarios provenientes de la hermana República Argentina. Allí todos los medios de difusión recogen enfrentamientos, groserías y palabrotas que el Presidente Milei le descerraja a los discrepantes.

En oposición a esa intolerancia, los comentaristas argentinos subrayan como un ejemplo de civilidad la actitud de Yamandú Orsi, que no sólo agradeció a sus correligionarios, de los cuales dijo “que hicieron de la militancia política, de nuevo, un ejemplo a nivel regional y continental”. Además, le rindió reconocimiento “a quienes abrazan otras ideas o banderas”, agregando: “Ellos también son constructores de esta democracia, porque el Uruguay es un ejemplo de acumulación positiva, donde ladrillo tras ladrillo va construyéndose nuestro país, donde tenemos por supuesto diferencias pero no debe haber lugar para el agravio ni la descalificación”.

Más todavía: hablando de la alegría por el triunfo enseguida recordó que había “otra parte de nuestro pueblo que -como nosotros hace un tiempo- hoy está con otro sentimiento. Esa gente también nos tendrá que ayudar a construir un país mejor. A ellos también los precisamos y el mensaje no puede ser otro: que sigan abrazando sus ideas” porque no hay futuro si le ponemos un muro a las ideas”.

Esas expresiones del Presidente electo trascienden no sólo más allá del Río Uruguay y el Río de la Plata. Trascienden a la victoria de unos y la derrota de otros, porque nos hermanan y nos elevan, a todos, al mundo del pensamiento, que es donde debemos resolver los muchos temas profundos que tenemos pendientes de progreso y solución.

Por esa razón, no debemos cruzarnos de brazos, envanecidos con el elogio de los vecinos, sino empeñarnos en la creatividad del pensamiento, para realizar a la vez la justicia y la libertad, como impone la idealidad humanista y muy bien manda la Constitución.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.