En un atentado en Moscú,murió el jefe de las tropas rusas de Protección Radiológica, Química y Biológica, Igor Kirillov, subordinado de Putin a quien se atribuía el uso de armas químicas en el campo de batalla de Ucrania.
El servicio de seguridad de Ucrania confirmó su participación en la operación de la bomba que –colocada en una patineta- estalló en el edificio al que concurrió el General Kirillov, matándolo a él y a su asistente inmediato.
Especializado en guerra química y bacteriológica, Kirillov fue mucho más que un simple portavoz, ya que dirigió la Academia de Protección Radiológica, Química y Biológica de Rusia, antes de pasar a dirigir las Tropas de Protección Radiológica, Química y Biológica del ejército ruso en 2017.
Se ganó su notoriedad desde el comienzo de la guerra con una serie de afirmaciones dirigidas tanto a Ucrania como a Occidente, ninguna de las cuales estaba basada en hechos.
Entre sus afirmaciones más escandalosas estaba la de que Estados Unidos había construido laboratorios de armas biológicas en Ucrania, lo cual fue una falsedad que se utilizó en un intento de justificar la invasión a gran escala que desencadenó la guerra que está cerca de durar tres años.
El asesinato del Gral. Kirillov es visto por los partidarios de Putin no sólo como un golpe bélico, sino también como una prueba de que Ucrania tiene capacidad para atentar contra altos mandos de Rusia.
Nosotros, que en el Uruguay tenemos la fortuna de estar muy lejos del teatro de las guerras que hoy ensangrientan al hemisferio norte, nos estremecemos con este atentado truculento, que es parte de la retahíla de horrores que vamos conociendo de las guerras actuales, mucho más tecnológicas que heroicas, y mucho más crueles que justificables.
Ante el asedio mundial de noticias infames, debemos defender la sensibilidad valorativa del espíritu uruguayo, que siempre defenderá las soluciones de libertad y concordia y siempre considerará a la guerra como una inmensa tragedia de asesinatos seriales.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.