Se cumplieron diez años de la muerte del Dr. Alberto Nisman, el Fiscal que investigaba en Buenos Aires la explosión de la AMIA –que arrojó 86 muertos- y que acusaba a la entonces Presidenta Cristina Kirchner, por incurrir en encubrimiento al haber firmado con Irán un memorándum que mataba toda posibilidad de castigar a los culpables iraníes de la tragedia.
El cadáver de Nisman apareció el 18 de enero de 2015 con un tiro en la cabeza, en el baño de su departamento.
La tragedia ocurrió apenas cuatro días después de haber denunciado –el 14 de enero de 2015- a la entonces Presidenta de la Argentina y a su Canciller Héctor Kirchner, imputándoles el delito de encubrimiento, con beneficio para los iraníes acusados de volar la mutualista judía.
Ocurrió en la víspera del lunes 19, jornada en que Nisman iba a acudir al Congreso para exponer sus pruebas, de modo que se ventilaran paralelamente las responsabilidades penales y políticas que emergían de los hechos que el Fiscal tenía por claros.
La escena apareció preparada para que se pensara que el Fiscal se había quitado la vida, pero la teoría de su suicidio no fue defendida más que por la Presidenta Cristina Fernández y sus allegados. Y el mundo entero condenó lo que a todas luces parecía un asesinato.
Al cumplirse diez años, la Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público Fiscal de la Nación Argentina reafirmó su solidaridad con la familia del Dr. Nisman, especialmente con sus hijas. Abiertamente calificó la muerte como “un crimen aberrante”, cuyo esclarecimiento exige para garantir las instituciones de la República.
Los Fiscales denunciaron que “Aún después de su fallecimiento, la persona del fiscal Nisman sufrió crueles ataques, muchas veces promovidos por la oficialidad, con la intención de desacreditar su trabajo y alterar el análisis de las pruebas recolectadas”.
Por amor por la Justicia y por respeto a la institución que es toda Fiscalía en un Estado de Derecho, a los uruguayos no puede pasarnos inadvertido el duro aniversario de este crimen sin aclarar.
Para la conciencia del Río de la Plata y de la civilización, el asesinato de Nisman es una execrable canallada, cuyo esclarecimiento no admite más tardanza.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.