En obediencia a la actual Constitución –que separó las elecciones departamentales de las nacionales- el 11 de mayo la ciudadanía de todo el Uruguay concurrirá a las urnas, esta vez para elegir Gobiernos Departamentales y Municipales.

Los partidos políticos ya están movilizándose, para inscribir a tiempo sus candidaturas en la Corte Electoral.

En lo que respecta al Departamento Capital, Montevideo, en estas semanas han aparecido nombres con trayectoria, cuya candidatura parece consolidarse. Y ha habido otros nombres que se han manejado y se han borrado en seguida, cruzando el firmamento electoral como estrellas fugaces.

Pero la ciudad mayor de nuestra República merece reflexiones y contribuciones que son anteriores a las polémicas electorales y deben mirar mucho más allá del resultado de los comicios.

Votemos a quien votemos, por encima de clasificaciones ideológicas debemos mirar de frente las evidencias de que caminamos todos los días por una ciudad sucia, con basura desparramada en torno a contenedores destartalados.

Caminamos irguiéndonos para trabajar y luchar, entre hombres y mujeres que duermen en las veredas la noche permanente de su drogadicción.

Transitamos sobre calles rotas, entre la suciedad y los malos olores de los detritus, con el horizonte achicado por ráfagas delictivas.

La conciencia de esas realidades debe constituirse en un clamor que deberán oír y sentir todos los candidatos a Intendentes.

No se trata de qué partido gane o qué partido pierda, sino de qué clase de ciudad queremos para San Felipe y Santiago de Montevideo, que bajo monarquía supo ganar el título de “muy fiel y reconquistadora” y en democracia republicana luce en su escudo el lema artiguista “Con libertad no ofendo ni temo”.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.