Al abrir la quincuagésima Legislatura, el Parlamento cumplió un rito constitucional –en esta oportunidad, con rotación de mayorías.
El hecho -normal en toda democracia- en nuestro Uruguay, tiene raíz artiguista en las Instrucciones del Año XIII.
Por la importancia de las leyes en la vertebración de la República, cada 15 de febrero en que se renuevan los protagonistas y se inaugura una Legislatura es un aniversario digno de recordarse, en la medida en que abrió una etapa en la vida nacional.
En este año 2025 es justo y necesario recordar la jornada del 15 de febrero de 1985, cuando la inauguración de la cuadragésimo segunda Legislatura puso fin a la dictadura y consagró la libertad. Todo el Uruguay se irguió, todas las democracias del mundo lo saludaron y la vida común volvió a apoyarse en el ideal de confraternidad.
En esa jornada de hace 40 años, abrió las sesiones el Dr. Jorge Batlle, que entonces asumió como senador. Tras rendir homenaje a Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, mártires asesinados en Buenos Aires por la dictadura, afirmó: “Asistimos al restablecimiento de la libertad, al reinado de la ley, a la vigencia plena de los derechos del individuo como razón primera de nuestra existencia de asociación política libre y soberana, como lo consagra la Constitución Nacional”.
Y siguió el entonces senador Jorge Batlle afirmando que el Parlamento es “libre en su unidad y en su diversidad, en su consenso y en su disenso, en su paz y en su conflicto”, “todo dentro de la ley, en su respeto, en su observancia, para que así la diversidad, el disenso y el conflicto sean fructíferos y de ellos surja nuestra fuerza y nuestra armonía”, porque “el Parlamento es el gran ámbito donde ha de fundirse en una y mil voces la libertad de esta nación soberana”.
Y agregó: “Asumimos entre todos solidariamente, tanto en el acuerdo como en la discrepancia, la creación del futuro de todos, a fin de que cada uno -libremente asociado- participe en la reapropiación de este destino del que fuimos despojados y que a nadie más que al pueblo pertenece, para hacer que el tiempo nuevo, el tiempo por venir, sea más viable, más abierto, más generoso, más tolerante y, por sobre todas las cosas, infinitamente más libre, más justo, y más humano del que hemos vivido y padecido.”
Así habló Jorge Batlle al inaugurar en 1985 las sesiones del Parlamento que la ciudadanía pudo votar para terminar la dictadura. No habló en nombre de un partido sino del país entero, sabiendo que reflejaba la voluntad de la abrumadora mayoría de los ciudadanos. 40 años después, siguiendo la tradición de libertad de la radiodifusión nacional, así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.