En el Uruguay repudiamos las guerras, todas las guerras y en todos los territorios. No aceptamos la violación masiva del precepto No matarás, que debe regirnos por encima de religiones y filosofías.

         Nos duele toda persona humana arrancada a la vida por esa enorme infamia que es la guerra. Nos duele, sin fijarnos en qué bando estaba enrolada o en qué esquina ideológica se hallara por convicción … o por azar de la vida.

         Porque en la Banda Oriental palpitamos con esa sensibilidad, quedamos consternados al confirmarse en estas horas que el grupo terrorista Hamas entregó a Israel los cuerpos de la señora Shiri Silberman de Bibas y sus pequeños hijos Ariel Bibas y Kfir Bibas, que cuando fueron secuestrados apenas  tenían 5 años el mayor y 9 meses el menor.

         Corrieron más de 500 días desde que los terroristas de Hamas irrumpieron a sangre y fuego en territorio israelí, en aquel atroz 7 de octubre de 2023 en que asesinaron sin piedad en los kibutzín cercanos a la frontera de la Franja de Gaza, rompiendo las vallas con topadoras para dedicarse a secuestrar y matar civiles e incendiarles sus casas.

         En estos más de 500 días hubo toda clase de reclamos mundiales para que los terroristas de Hamas liberasen a los Silberman Bibas. Todo fue en vano. Y el desenlace no pudo ser peor: hace unos días liberaron al padre con vida, Yarden Bibas, pero primero le habían impuesto la muerte en cautiverio a su esposa y a sus dos hijos.

         El caso no es único ni provoca sólo dolor en nuestra fraternidad rioplatense, debido a que la familia Bibas Silberman era israelí y argentina.

         La vida, pasión y muerte de esta madre y esos todos niños constituye un símbolo que trasciende las nacionalidades.

         Pone en juego la esencia de lo humano. Conmueve lo más elemental de los sentimientos que deben separarnos de las fieras.

         Por eso, compartimos el duelo internacional por este y todos los desenlaces trágicos de las guerras en curso.

         Y convertimos el dolor en voluntad de lucha por la persona humana, por la libertad y por la paz.

         Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.