Después de meses de fracasos en las negociaciones por la paz entre
Israel y la franja de Gaza dominada por el terrorismo de Hamas, ayer el
Consejo de Seguridad de la ONU dispuso un “Alto el fuego inmediato” y exigió
la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes».
Por primera vez, Estados Unidos se abstuvo de usar el poder de veto
para impedir la resolución.
Tras la decisión del Consejo de Seguridad, el Secretario General de las
Naciones Unidas, Antonio Guterres, declaró que “No aplicar esta resolución
sería imperdonable”.
Sin embargo, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu argumentó
que sería inmoral cesar el bombardeo a Gaza mientras sigan en poder de
Hamas los rehenes capturados en el criminal ataque a Israel perpetrado el 8 de
octubre pasado.
La realidad política es que el actual gobierno de Israel va quedando
progresivamente aislado en el contexto internacional y cada vez más debilitado
en el frente interno, donde aumentan las voces que reclaman elecciones para
cambiar de primer ministro, con la esperanza de encontrar otras vías para
encarar el permanente conflicto con el fanatismo islamita.
La realidad de hecho es que hoy, martes 26 de marzo, al otro día de que
el Consejo de Seguridad de la ONU dispuso el cese inmediato del fuego y la
devolución incondicionada de todos los rehenes, hubo bombardeos que
hicieron que sonaran las alarmas en todo Gaza y -según las informaciones
recogidas hace unas horas por los principales diarios del mundo- se produjeron
70 muertos.
Ahora bien. Si el Consejo de Seguridad de las naciones unidas puede
ser desoído y burlado, lo que entra en juego no es sólo la hambruna que
amenaza a los habitantes de Gaza ni la permanencia o no de Netanyahu como
conductor de Israel. Lo que entra en juego es el vigor y el destino de la
Organización Mundial de Paz, que el 24 de octubre de 1945 fundaron las
naciones más civilizadas para acabar con el flagelo de la guerra.
Sabemos que este desacato de hoy a la ONU tiene su raíz en la feroz
desobediencia de Palestina a la resolución de 1947 que dispuso crear Israel
con un Estado palestino al lado.
Sabemos todos los sinsabores y guerras relámpago que esa
desobediencia le costó a Israel, s los países árabes y al mundo.
Pero también debemos saber que si los bombardeos, las sirenas y la
muerte pueden burlarse de una resolución de paz adoptada por el Consejo de
Seguridad de la ONU, la condición humana sufrirá un retroceso más.
Ante semejante riesgo, la sensibilidad uruguaya no puede distraerse.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.