El 6 de marzo es fecha instituida como el Día Internacional del Escultor, en su conmemoración del nacimiento de Miguel Ángel Buonarotti, el más grande escultor del Renacimiento, que vino al mundo precisamente el 6 de marzo de 1475, en Caprese, Italia, y murió en Roma el 18 de febrero de 1554.
Miguel Ángel no sólo fue el escultor inmortal de el David, la Piedad y otras 45 esculturas que hasta hoy se veneran. Fue pintor, fue arquitecto, supo música, estudió astronomía y fue poeta. En síntesis, Miguel Ángel, como Leonardo da Vinci, encarnó un modelo de hombre universal, abierto a todas las formas del conocimiento.
Sobrepasando todos los moldes de creatividad conocidos en su época, Miguel Ángel le imprimió movimiento al mármol y le abrió el porvenir al esfuerzo de los artistas por perseguir la perfección.
En el Uruguay, la escultura generó en el pasado maestros mayores, con nombres consagrados como José Belloni -autor del monumento a La Carreta, cuya estampa recorre el mundo junto a La Diligencia y El Entrevero- y como José Luis Zorrilla, autor del Obelisco de los Constituyentes, que es un ícono de Montevideo.
Contemporáneamente, la escultura ha recibido un enorme impulso, por la vocación gestora de artistas naturales como Ricardo Pascale -fallecido en enero del año pasado- y como Pablo Atchugarry, cuya obra trasciende al mundo y sigue fincándose en nuestro Uruguay.
Junto a esos nombres sobresalientes, la escultura ha tenido siempre y mantiene hoy una gran cantidad de escultores silenciosos, a veces de renombre pero siempre con vida interior… y la vida interior es la materia prima esencial de toda actividad.
Por eso, el arte es esencial para el buen destino de las personas y las naciones: porque el arte es la gran fragua gestora y ordenadora de la vida interior, que mantiene en alerta al ojo clínico del médico, al sentimiento de justicia del abogado, al apetito de certidumbre del escribano, lo mismo que a la voluntad de belleza del que edifica y a la voluntad de perfección del que cocina, el que limpia y hasta el que sueña.
En el Día del Escultor, rendimos homenaje a todos los que se entregan a esa rama fundamental de la plástica y a todos los que hacen de su vida la escultura diaria de sus mejores valores.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.