Tuvo razón el Presidente Orsi cuando, en su discurso inaugural ante el Parlamento, dijo que va a ser “necesario mucho diálogo, mano tendida y capacidad de comprender las distintas sensibilidades que expresa nuestra comunidad.”

También tuvo razón cuando aclaró que no se refería “sólo a las sensibilidades partidarias, sino también a las sociales, culturales, geográficas, étnicas y de género, entre otras”.

Tuvo razón, porque las voces que reclaman derechos no se agrupan ya por partidos, sino por sectores agrupados según el origen, la localización, los intereses y hasta la manera de manejar los instintos.

Esa multiplicación de grupos reclamantes es el resultado de largos años en que se ha explotado la singularidad de cada sector, muchas veces con lenguaje altisonante y hasta soberbio.

Ahora bien. El sistema republicano democrático alienta y ampara los reclamos sectoriales, pero, además, para resolverlos establece los métodos de la libertad, que conducen a construir soluciones dialogando lealmente por los caminos de la razón y la búsqueda de la justicia.

Desgraciadamente, esos métodos no los mencionó ningún partido político en la última campaña electoral y no figuran en el menú marketinero de ningún sector. Por tanto, la ciudadanía deberá rescatarlos y hacerlos aplicar.

Necesitamos, sí, que todos escuchemos atentamente a todos, sin mordazas y sin prejuicios. Pero necesitamos, también, que apliquemos criterios universales de justicia y bien común, para sintetizar ordenadamente los griteríos sectoriales, en un país que dejó de educar para el civismo y dejó de cimentar la filosofía personal y colectiva de la vida democrática.

Llamados a erguirnos en un mundo sorprendido por gobernantes que amenazan -y hasta son por sí mismos una amenaza-, llamados a convivir en una sociedad internacional enceguecida por dislates, disparates y locuras, los uruguayos estamos –una vez más- llamados a afirmar la sensatez.

La sensatez, sí, que no es refugio para tibios sino punto de partida y de llegada para valores morales que le infundieron personalidad a nuestro Uruguay, fgrente a sí mismo y frente al mundo .

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.