En su consagrado programa En Perspectiva, Emiliano Cotelo recibió a la directora de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía General de la Nación, asistente social Mariela Solari, interrogándola a partir de una desoladora nota aparecida el domingo en El Observador, donde se expuso en toda su crudeza la tragedia en que viven y mueren los niños usados como escudos humanos por los protagonistas del narcotráfico.

La señora Solari habló de los niños heridos y muertos, pero también subrayó lo que sufren los niños que son testigos de las balas que recibe su padre, su madre, su hermano o su vecino querido, formulando reflexiones que no deben pasar inadvertidas.

La Directora del servicio fiscal a víctimas afirmó su convicción esperanzada de que es posible “reparar las infancias rotas”, pero reclamó que “para que esto suceda” se debe convertir en “imperativo ético” “que la infancia sea prioridad”..

Y agregó: “Cuando como niño yo aprendo que la forma de relacionarme es la crueldad, paso a no registrar el dolor del otro.”

Tras lo cual se preguntó de qué manera, a partir de semejante contexto, “se puede tener empatía por el otro” y con toda llaneza señaló que “Nos pasamos hablando de la empatía, pero olvidamos que la empatía se construye”.

Tiene razón la señora Solari: criarse insensible al dolor del prójimo es un drama personal que impide aprender a identificarse con el prójimo y acompañar sus sentimientos.

En el mundo de hoy, eso ocurre no sólo por obra del narcotráfico. A fuerza de obsesiones y distracciones, vivimos en una epidemia de indiferencia y desamor.

Por lo cual, debemos arrancar a los niños de las garras del crimen organizado, por decisión colectiva de la ciudadanía, que tendrán que adoptar los partidos por unanimidad. Y sobre todo, debemos restablecer el interés por el pensamiento puro, a las filosofías que nos esclarecen y a las artes que nos educan los sentimientos y nos hermanan.

Porque si así no lo hiciéremos, terminaremos convirtiendo al hombre en lobo del hombre, lo cual para nuestro rincón rioplatense y para la humanidad toda sería un final execrable.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.