El Presidente profesor Yamandú Orsi acaba de cumplir los primeros tres meses de su gobierno.

Un trimestre no es tiempo suficiente para cerrar un balance.

En cambio, un trimestre basta para perfilar la manera de moverse de los protagonistas. Y bien: en nuestro Uruguay, los temas que en estos tres meses han dominado la escena han sido los cuestionamientos políticos.

Cayó una Ministra, cayó una Vicepresidenta del Directorio del Puerto y cayó el Presidente del Instituto Nacional de Colonización. Aunque en la discusión sobre cada uno de los tres casos se manejaron argumentos legales y constitucionales, lo que se ventiló públicamente no fueron tanto razones de orden público como pulseadas político-partidarias.

Lo político partidario tiñe ahora la reacción ante los pedidos de venia para Embajadas; y por si fuera poco, lo político-partidario ya tiene en los diarios el anticipo de lo que podrían ser las candidaturas presidenciales, supuestamente cantadas, en las elecciones a cumplirse en el año 2029.

Todo eso puede parecer vistoso y le provee materiales a la fantasía de algunos protagonistas y politólogos, pero nada de eso es propio de la democracia madura que necesitamos para crecer como el pueblo educado, honesto y creativo que manda la Constitución y la manera artiguista de vivir.

La democracia no consiste en ponerle cintillo partidario a cada tema, sino en encarar, discutir y resolver con sentimientos y razones que estén por encima de los intereses y las pasiones de los sectores.

Para que el sistema republicano funcione, lo humano –lo universal humano- debe enlazarnos antes y más allá de las divisiones y las militancias.

Si no nos damos cuenta de eso, ningún gobierno –llámese de izquierda o derecha, sea frenteamplista, blanco o colorado- va a darnos el horizonte ancho y creador que necesitamos para acabar con los bolsones de pobreza e ignorancia y terminar con el crimen organizado en todos los niveles sociales… pues todo lo doloroso que sufrimos en la República es materia de la persona y del Derecho antes y más allá de los partidos y las candidaturas que puedan menearse para dentro de cuatro años largos.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.