Trascendió que el 11 de junio próximo la Fiscal Sandra Fleitas va a formalizar la indagación del Dr. Charles Carrera por los actos que, como Director General del Ministerio del Interior, le ordenó cumplir al Hospital Policial para mitigar los daños inferidos al ciudadano rochense señor Víctor Hernández.

A lo cual la defensa del ex senador respondió anunciando que va a recusarla como Fiscal y, además, evalúa denunciarla penalmente. Argumentó que hasta la semana pasada estuvo defendiéndose de una posible imputación por abuso de funcionesque le anunció la anterior fiscal del caso, Silvia Porteiro, y sostuvo que le afecta su derecho de defensa al cambiar el abuso de funciones, genérico, por las muy concretas imputaciones de fraude, falsificación ideológica de documento público y utilización indebida de información privilegiada.

Más allá de quién tenga razón en el debate jurídico, la realidad es que la situación del Dr. Carrera se arrastra desde setiembre: han transcurrido ocho meses sin que la anterior fiscal, Silvia Porteiro, concretara el pedido de enjuiciamiento por el cual solicitó el desafuero del entonces senador -que adoptó la digna actitud de renunciar a su banca y a su candidatura.

Y la realidad es que el caso de Charles Carrera se erige en una confirmación más de que el actual Código del Proceso Penal fracasó y hay que reemplazarlo con tanta sensibilidad como urgencia.

De hecho, el rigor del Derecho Penal –trabajosamente elaborado por la doctrina nacional, apoyándose en el pensamiento jurídico universal- está siendo reemplazado por negociaciones en que las imputaciones se apalabran y las penas se regatean, lo cual es una vergüenza. Si las causas son significativas, se las embadurna con enfrentamientos espectaculares en prensa, radio y televisión, y allí, a lengua suelta, se pierde el respeto al Fiscal actuante, al Juez casi no actuante y al sistema penal todo.

No es tiempo de ver qué ventaja saca tal o cual partido de causas trascendentes que pasan de un año al otro y siguen pendientes de aclaración, como el pasaporte Marset, las imputaciones a Gustavo Penadés o las acusaciones a Charles Carrera.

Es tiempo de ponerse en traje de fajina, a restablecer los fueros constitucionales del Poder Judicial, cuyas virtudes se extrañan cada vez más, a medida que salta a la vista el fracaso del actual Código del Proceso Penal.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.