El Uruguay recibió el Premio Ana Frank por su compromiso con la democracia y la convivencia pacífica. En el teatro San Martín de Buenos Aires, el galardón fue recibido por el presidente profesor Yamandú Orsi y los ex presidentes Dres. Julio María Sanguinetti y Luis Lacalle Pou.
El Premio Ana Frank reconoce a personas, países e instituciones por su compromiso con la democracia y la convivencia pacífica.
El profesor Orsi fue claro y rotundo al afirmar que “En tiempos de intolerancia, guerra o extremismos, sin duda es un faro de esperanza, para todos, que hoy se valoren los derechos humanos, la paz y la convivencia”.
Destacó los muchos episodios en los cuales presidentes y ex presidentes uruguayos de distintos partidos concurrieron juntos a eventos internacionales o nacionales como un gesto de tolerancia para sus ciudadanos. Y señaló enfáticamente: “Nuestra ciudadanía necesita de estos gestos”, indicando que “el pueblo uruguayo ha sabido construir una acumulación positiva a lo largo de la historia”, aprendiendo que “es fundamental el respeto y el entender que del otro lado también puede hallarse una parte de la verdad”
En verdad, es un orgullo para el Uruguay que tres presidentes de tres partidos diferentes hayan coincidido en la premiación al país por parte de ese símbolo de tolerancia que es el Centro Ana Frank.
En las horas en que se mandó a asesinar a mansalva a un candidato presidencial en Colombia y en las horas en que se insulta soezmente al periodismo en la Argentina, es altamente honroso para la República Oriental del Uruguay dar ejemplo de convivencia y paz.
Hizo bien el Presidente Orsi en destacarlo. Hizo muy bien en señalar cómo construimos la convivencia en el pasado.
Por nuestra parte, señalamos que al día siguiente de toda jornada de orgullo nacional debemos levantarnos con entusiasmo y esperanzas… a seguir fundando razón, lógica, respeto y amor al prójimo, porque esas virtudes se pierden si no las regamos en cada momento con el agua pura de la voluntad.
El Premio Ana Frank es el fruto de lo que hicimos bien antes y seguimos haciendo bien ahora. Pero tenemos muchos males que nos angustian día por día. Y combatirlos requiere que no sólo toleremos la discrepancia del adversario. Además, hace falta que aprendamos a razonar juntos, trabajar juntos y sembrar juntos justicia y libertad.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.