El monumento a José Enrique Rodó fue vandalizado y una de las figuras humanas cayó al suelo.
La salvajada ocurrió en la madrugada de anteayer, probablemente en un intento de robo, cuyos autores no han sido identificados hasta ahora.
El monumento a Rodó es una obra mayor del arte plástico nacional. La debemos a la inspiración excelsa de José Belloni. Fue inaugurada en 1947 siendo Presidente de la República don Luis Batlle Berres, para honrar a uno de los pensadores que más y mejor sembró cultura en el ideario y en los sentimientos nacionales.
El conjunto se compone por un busto en bronce de Rodó, una figura alada de Ariel y la representación alegórica de “La despedida de Gorgias” y “Los seis peregrinos”, dos parábolas enseñadas a múltiples generaciones en escuelas y liceos.
El monumento se destaca por su belleza pero también por sus mensajes, entre los cuales sobresale la figura del maestro que brinda con sus alumnos “por quien me venza con honor en vosotros”, expresión rodoniana clásica, que incita a los discípulos a sobrepasar con honra a sus maestros.
Con la crónica policial manchada por sangre, drogas y corruptelas de todo calibre, el intento de robo de unos kilos de bronce puede parecer asunto de poca monta.
Y sin embargo, esos kilos de bronce destrozados y abandonados en el suelo del Parque Rosó son símbolo de un modo de ser y una manera de encarar la vida que nos pertenece y nos inspira. Por lo cual debemos sentir que lo agredido por esta vandalización es una parte principal de nuestra cultura: es decir, una parte principal de cada uno de nosotros.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.