Daniel Figares fue un conductor radial, un periodista, un repentista de ideas. Fue un modelo de persona capaz de pensar por su cuenta, sin casarse con nadie.

Tuvo momentos de vigencia dominante y tuvo etapas en que trabajó sin relumbrón. También vivió etapas sin micrófono. No todos lo escuchaban y los que lo seguían no eran mayoría… pero su muerte concitó dolor y respeto de todos. A ese sentimiento generalizado, adherimos sin ambages todos los que nos hermanamos en Radio Clarín.

La voz y los enfoques de Daniel Figares formaron parte de la matriz con la que se fundó El Dorado FM a la salida de la dictadura. Su programa El subterráneo sembró una sensibilidad artística que marcó generaciones, al difundir rock argentino y promover el rock uruguayo.

Como bien dijo La Diaria, Daniel Figares combinó “la energía y el nihilismo que atravesaba a muchos de aquellos artistas, que estaban atentos a la estética posterior al punk”.

La presencia radiofónica de Figares manejó valores y enfoques muy diversos de las tradiciones culturales que le imprimen sello a Radio Clarín, con su música típica y folklórica para la Cuenca del Plata.

Pero esas diferencias, muy propias de la libertad, no nos impiden cumplir el afectuoso deber de saludar en Daniel Figares a un ciudadano independiente, a un sembrador comprometido y a un gran trabajador en el sacrificado oficio del micrófono, que exige los pies en la Tierra, pero reclama el alma en el cielo estrellado de los conceptos y las armonías.

En definitiva, la radiodifusión debe ser siempre una escuela de convivencia, tolerancia y apertura a todos los enfoques auténticos, sinceros y sentidos, como lo fueron, en las buenas y en las malas, los que aportó el señor Daniel Figares.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.