La Comunidad Israelita del Uruguay conmemoró ayer el Día del Holocausto y el Heroísmo, con un acto de recuerdo y reflexión enmarcado en una muestra artística titulada «No discriminarás».

          El acto se realizó en el Auditorio Nacional Adela Reta y al mismo asistió la Presidente de la República en ejercicio, Beatriz Argimón, el secretario de la Presidencia, Dr. Rodrigo Ferrés; y los Ministros de Educación y Cultura, Pablo da Silveira; de Relaciones Exteriores, Omar Paganini y de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Raúl Lozano; así como el Subsecretario del Interior, Pablo Abdala, y representantes de colectividades judías presentes en Uruguay.

          La jornada estableció un espacio de reflexión y advertencia sobre el peligro de los discursos de odio en la sociedad y la renovación del compromiso “nunca más”.

          Recordando el hecho histórico que dejó seis millones de judíos asesinados, se evocó y se homenajeó a los sobrevivientes de la persecución nazi que llegaron al Uruguay y se integraron hasta ser parte sustancial de nuestro modo de hacer convivir costumbres, tradiciones y religiones.

          La convocatoria a reflexionar sobre el Holocausto y el Heroísmo no debe pasar inadvertida en el Uruguay de hoy, ya que también entre nosotros se están dando formas de discriminación injustificables, no tanto por motivo de raza o religión como por motivos de educación, de género y hasta de edad.

          El Uruguay está lejos de emparejar la formación y la cultura de sus hijos, tropieza mal en el intento de darle garantías de igualdad a la mujer y al hombre y discrimina a los ancianos si quieren trabajar o si necesitan un crédito bancario, para poner dos ejemplos notorios pero demasiado tolerados en silencio.

          Hizo muy bien la colectividad judía en llamar la atención sobre los riesgos de intolerancia que llevan al fanatismo y los riesgos del fanatismo que llevan a la dictadura y al totalitarismo. Atrocidades como el genocidio nazi no deben sólo recordarse como infamias sino como muestra de la laya de vida que nos depara el olvido de los grandes principios que dimanan del valor supremo de la libertad.

          Una  nación que quiere ser libre no debe distraerse nunca de la vigilancia de su libertad, que le incumbe a todos los gobiernos que elija en las urnas, pero, además, es responsabilidad de cada ciudadano en cada rincón de su vida cotidiana.

          Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.