El Presidente de la República, Dr. Luis Lacalle Pou, dirigió ayer domingo un mensaje de salutación y apoyo a las madres, cuyo día se celebra por tradición comercial en el segundo domingo de cada mes de mayo.
También saludaron los precandidatos de los diferentes partidos, dirigiéndose todos no sólo a las madres biológicas sino también a las madres adoptivas., a las madres de alma y a las que pugnan por tener hijos.
El saludo del primer mandatario y los saludos de quienes aspiran a postularse para la Presidencia constituyen el reflejo natural de la intensidad con que en el Uruguay se respeta y se celebra el Día de la Madre. Lo estableció el comercio, como parte de la lista mensual de fechas en las que se promueven las ventas rindiéndoles homenaje a las madres, a los abuelos, a los padres, a los niños… y así sucesivamente.
Nació como un estímulo para vender pero lleva en su nombre mucho más que la voluntad de comprar un regalo o compartir un almuerzo. La madre encarna la perennidad de la vida humana, la madre representa el amor, la dedicación, la ensoñación y el apoyo. Por eso es muy justo que le consagremos una jornada para acompañarla si la tenemos en la Tierra o para evocarla si la llevamos en el alma.
Dolorosamente, la actualidad del mundo, y aun de nuestro país, no cultiva los valores de bien y de bondad que simboliza la maternidad.
La crónica policial informa a cada rato de reyertas y de atentados con resultado muerte. La frecuencia de los femicidios es deplorable. El desamor y la quiebra de la fraternidad dentro de la familia y fuera de ella componen escenarios dolorosos, donde la soledad y el hastío campean cada vez más.
Debemos mirar de frente esa realidad; y darnos cuenta que si queremos levantarnos como personas y como país, debemos empezar por elevarnos espiritualmente nosotros mismos, en vez de esperarlo todo del Estado o del gobierno de turno.
Por eso, ahora que pasó el Día de la Madre hagamos mucho más que homenajearla: rescatemos su valor como portadora y sembradora de ideales… porque si algo le falta al mundo de hoy es, precisamente, el ensueño y la idealidad que supieron abrazar y enseñar las madres, conservadoras y transmisoras de la perenne filosofía de vida.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.