Ayer se divulgó una encuesta entre alumnos liceales, según la cual el 83,8% de los interrogados declaró haber consumido alguna sustancia psicoactiva en los 12 meses anteriores a las fecha en que fueron preguntados.

          Las estimulaciones más frecuentadas son las bebidas energizantes y el  alcohol. Les siguen: con 18,9 % el consumo de medicamentos tranquilizantes o estimulantes, con 13,5 % el tabaco (13,5%) y con casi 12 % la marihuana.

          El estudio lo realizó el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEED) en el año 2022; y no se explicó por qué los resultados se conocen recién ahora, cuando ha corrido un año y medio desde que terminó el año lectivo 2022.

          Pero más allá de esa demora, hay que observar que todas las sustancias psicoactivas forman adicciones, hay que recordar que todas las adicciones implican una debilidad y pueden producir enfermedades y –sobre todo.- que cada vez que se divulgan datos sobre el consumo de sustancias psicotrópicas se proyecta hacia afuera la sensación de que consumirlo es natural y hasta lógico.

          Y en realidad, ninguna sustancia que afecte el ánimo, la deliberación o la conducta es natural, por lo cual sólo puede tolerarse cuando la receta y maneja un médico para resolver un estado psíquico patológico.

          Todo el resto de los psicotrópicos dañan y hasta matan, como bien supimos en la honrosa campaña contra el tabaco que lideró el Uruguay en la primera presidencia del Dr. Tabaré Vázquez.

          Más allá de que la marihuana se venda en farmacias o no, la realidad es que debemos prevenir a los jóvenes y a los no jóvenes, porque la marihuana es puerta de entrada al consumo de drogas más fuertes y perniciosas.

          En definitiva, estamos hablando de venenos.

          Por lo cual, no es cosa de quedarnos de brazos cruzados cuando se nos dice que esos venenos han tentado a más del 83 % de los liceales de tercer año consultados por la encuesta del INEED.

          Es cuestión de reeducarnos para amar y defender la Naturaleza y para combatir los venenos, en todos los ámbitos donde pueda haber diálogo: en la casa, en la familia, en el trabajo, en los centros escolares, liceales y universitarios… y también en los medios de difusión.

          Sólo así defenderemos la libertad de conciencia, la salud y el porvenir de nuestra gente jóven.

          Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.