En este atardecer se cumplirá la vigésimo novena Marcha del Silencio, en reclamo de información completa sobre los desaparecidos que dejó la dictadura.

          La conmemoración en forma de mitin público en fecha fija viene reiterándose todos los 20 de mayo, desde hace casi tres décadas. El reclamo nació antes, en el momento mismo en que se produjeron las desapariciones sin retorno.

          Al recobrar nuestro pueblo la libertad y al restablecerse las instituciones republicanas, el primer gobierno fue colorado batllista, y lo presidió el Dr. Julio María Sanguinetti. Lo siguió el gobierno blanco herrerista del Dr. Luis Alberto Lacalle Herrera. Después, volvió a la Presidencia el Dr. Sanguinetti y lo sucedió el Dr. Jorge Batlle. Con el triunfo del Frente Amplio en 2004, asumieron sucesivamente el Dr. Tabaré Vázquez, el señor José Mujica y por segunda vez el Dr. Vázquez, que, en rotación democrática, entregó el poder al Dr. Luis Lacalle Pou, ungido por la ciudadanía Presidente de la República.

          Basta recordar esta nómina para confirmar que en las cuatro décadas que llevamos desde que recuperamos el sistema republicano, se sucedieron en el gobierno los tres grandes partidos con arraigo masivo y rotaron en la presidencia seis conductores con sello personalísimo.

          Cada uno de ellos hizo lo más que pudo para resolver la cuestión de los desaparecidos, pero ninguno lo consiguió, ni siquiera abriendo los archivos secretos con el mejor talante.

          Más allá de izquierdas y derechas, los hechos nos dicen que algo falló en nuestro modo de salir de la dictadura cívico-militar y reencontrarnos con la libertad.

          Algo hicimos mal, y fue no habernos reconciliado por encima de la guerra fratricida que empezó en 1963 contra la democracia plena que representaba el colegiado.

          Esa reconciliación se ha operado en muchos campos de nuestro quehacer político y no político.

          Pero hace falta mucho más para que volvamos a hermanarnos bajo las reglas de la fraternidad constructora, que están en la base de nuestro sueño artiguista de tener personas y pueblos libres.

          Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.