El Presidente de la Argentina, Javier Milei, atacó inequívocamente al Presidente del gobierno español, Pedro Sánchez y a su esposa Begoña Gómez. Habló de la “calaña” del mandatario, calificó de “corrupta” a la cónyuge.
Lanzó sus críticas dentro del discurso que pronunció en un mitin del partido ultraderechista VOX, para concurrir al cual viajó expreso de Buenos Aires a Madrid.
Las expresiones de Milei provocaron reacciones fuertes en el gobierno español, que consideró el episodio como el más grave que haya ocurrido en las relaciones entre las dos naciones. Por lo cual, llamó a consulta a la Embajadora española, que viajó precipitadamente a reunirse con el Canciller peninsular.
Al mismo tiempo, el gobierno de Pedro Sánchez reclamó disculpas formales, a lo cual el Presidente argentino respondió que “de ninguna manera” se disculpará y trató de “cobarde” a su par español; y, de paso, vinculó la reacción hispana a manejos del kirchnerismo, afirmando que “En el contexto, lo que pasa en España no es independiente del accionar del kirchnerismo. Esta situación está promovida por el kirchnerismo desde acá para armar revuelo en la Argentina”. Junto a eso, Javier Milei reclama que sea el gobierno de Pedro Sánchez el que se disculpe, por ataques que hace dos semanas le dirigió un par de Ministros españoles.
La rerespuesta española fue resolver que su Embajadora ya no regrese a la Argentina después de la “consulta”… En otras palabras: por primera vez en la historia, España resolvió suspender sin plazo su Embajada en Buenos Aires.
El enfrentamiento es un ejemplo perfecto de lo que NO se debe hacer en la vida institucional y en las relaciones entre naciones que quieran cultivar la democracia interna y la tranquilidad externa.
No es aceptable que un Presidente viaje para intervenir en la política partidaria interna de una nación que no es la suya. El mundo actual acerca a los pensadores de escuelas afines, y eso hace que el ideario político de cada país reciba influjos de afuera; pero los Presidentes no pueden tener por tarea la exportación de sus convicciones, máxime cuando están en el límite del fanatismo y el agravio, como es el caso del Presidente argentino, acostumbrado a atacar toda forma de izquierda y toda forma de socialismo con los mismos epítetos, como si no hubiera diferencias ni matices.
En el Uruguay podemos enorgullecernos de no haber tenido gobernantes que se enzarzaran en conflictos como éste y no haber tenido tampoco populismos como las que provocaron que Javier Milei llegara al poder proclamando su extremismo.
Felizmente, mantenemos el espíritu liberal… que es liberal frente a las personas y las ideas y, por tanto, no se identifica con el dogma económico que obsesiona al gobernante de la Argentina.
En nuestra Banda Oriental, mantenemos en alto la libertad política como libertad de pensamiento que está antes y más allá del apoyo o no al librecambio económico; y que debe seguir estando por encima de izquierdas y derechas.
. Esa alma liberal es un bien que debemos cuidar, para no deslizarnos nunca a comedias dramáticas como la que, deplorablemente, se está suscitando entre la Argentina y España por el desenfreno verbal de un Presidente.
Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.