Desde que apareció ayer el semanario Búsqueda, la opinión pública conoció el bochornoso intercambio de chats que, en marzo de 2023, el ex senador Gustavo Penadés mantuvo con Pablo Iturralde, que, sin desmentir la autenticidad de la noticia, renunció a la presidencia del Partido Nacional.

Fue deplorable el plano en que se produjo el diálogo entre el entonces senador denunciado por pedofilia y el entonces titular del partido mayor de la coalición. Fue deplorable el lenguaje soez con que se descalificó a algunos fiscales y la familiaridad obscena con la que se elogiaron las resoluciones con las que otra fiscal habría favorecido a los correligionarios de ambos interlocutores. Fue deplorable todo, menos el hecho de la publicación de los documentos, que volvió a demostrar cuánto vale la libertad de prensa y cuánto sirve a la causa de los pueblos que haya medios capaces de revelar verdades, duelan a quien duelan: por lo cual, en este caso el semanario Búsqueda y su equipo periodístico merecen reconocimiento y gratitud.

A su vez, los elencos políticos no deben contentarse con los réditos que les pueda rendir la nueva situación creada ni deben reducirse a minimizar los efectos de este nuevo escándalo.          

Es que lo que ocurrió ayer no es sólo que se conoció un diálogo inadmisible. Además, se confirmaron las bajezas y el tráfico de influencias a que puede conducir un sistema que permite elegir el Fiscal que va a actuar en cada caso, en vez de surgir automáticamente de una planilla preexistente e indiscutible.

Y sobre todo, se confirmó que el actual Código del Proceso Penal está plagado de vicios, es una experiencia fracasada, y debe ser revisado de punta a punta.

El Uruguay conserva prestigio saneado como democracia y como Estado de Derecho.

Pero si, después de los hechos revelados ayer, el Parlamento y el Poder Ejecutivo dejan en pie un Código que habilita esta clase de escándalos, entonces… perderemos prestigio hacia afuera y ahogaremos hacia adentro el sentimiento de independencia que siempre profesamos por la Justicia y perderemos el respeto por lo que resuelvan los Jueces y los Fiscales.

Nadie sensato puede desear ese destino para la República Oriental del Uruguay.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.