En la medianoche del viernes 31 de mayo al sábado 1º de junio venció el plazo legal para inscribir listas para las etapas comiciales que comenzarán dentro de tres semanas y seis días.

          Quedaron fijados los nombres y las listas que disputarán las elecciones internas que se cumplirán el domingo 30 de junio. 

          Después, para las elecciones nacionales, podrán reorganizarse y transformarse los agrupamientos internos dentro de cada lema, pero el esquema básico quedará delineado, ya que dentro del mismo ciclo electoral prohíbe el trasiego entre lemas, por lo cual quien haya sido candidato en un partido tiene prohibido postularse en otro.  

          Eso es así para los candidatos, que en cada período quedan ligados a la hoja de votación que firmaron. Pero no es así para los ciudadanos que no sean candidatos, los cuales se rigen por el principio de libertad y tienen la facultad de cambiar de partido en la sagrada intimidad de la conciencia, que custodia el cuarto secreto y preservan las urnas.

          El sufragio es secreto precisamente para garantizar que obedezca a la intimidad de cada votante.

          La conciencia es una base fundamental de ese gran edificio de libertad e igualdad política que es la República. No se confunde con los datos económicos, ni con las encuestas sobre intención de voto. La conciencia es deliberación, es pregunta –a veces angustiada- y es búsqueda de la mejor respuesta posible. La conciencia es actividad, es llamado de atención… es alerta.

          El porvenir de la República no finca sólo en la probidad y el talento de los que mejor sepamos elegir. Radica también en las ideas a partir de las cuales sepamos vivir.

          Y cultivar ideas es una tarea que no tiene vencimiento. Por lo cual, si desde la hora cero del 1º de junio está vencido el plazo para inscribir listas, nunca vence el plazo para pensar cómo sacar adelante un país que sigue teniendo mucho de qué enorgullecerse… pero sigue teniendo también mucho que reformarse para realizar el ideal de justicia y el ideal de libertad a la vez, como manda la Constitución.

          Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.