El Gobierno nacional y la empresa mundial Google confirmaron que va a construirse en el Uruguay el centro de datos que anunciaron hace meses.

La confirmación surgió de la reunión que -ayer en Torre Ejecutiva- tuvieron dos representantes de Google con el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y los ministros de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, y de Medio Ambiente, Robert Bouvier*.

La empresa presentó días atrás el Estudio de Impacto Ambiental y el Documento de Proyecto, que incluye un nuevo sistema de enfriamiento por aire, sin uso de agua.

El proyecto se suma a la llegada del cable submarino Firmina – también de Google- que unirá Punta del Este con la costa Este de los Estados Unidos, con lo cual el Uruguay se afianza como destino para las grandes compañías informáticas y fortalece su posicionamiento como centro de innovación tecnológica para la región y para el mundo. Ello abrirá oportunidades para que nuestro país aproveche el dinamismo del mercado donde crecen, a la vez, la industria de los datos –la llamada Big Data- y la Inteligencia Artificial.

La noticia es excelente para nuestra economía y para nuestra vida práctica. Debemos recibirla con un regocijo amplio y entero.

En esa alegría volverán a resonar los sueños de los pioneros que, hace ya un siglo,  nos trajeron un día la comunicación por radioaficionados y otro día la transmisión radial por ondas cortas. Y en esa alegría se encenderá la certeza de que las nuevas generaciones asistirán a más milagros tecnológicos que los que nos asombran hoy.

Que Google nos elija para sus avances hacia la mitad del siglo XXI significa un reconocimiento a que tenemos bases culturales, políticas y económicas para ser un país confiable. Por tanto, celebremos el advenimiento, pero no nos durmamos en los laureles. Tengamos presente que todos los logros tecnológicos requieren una masiva expansión educativa y cultural, para que sirvan al trabajo y la comprensión de todos con todos, acabando con los bolsones de indiferencia cultural y pereza intelectual que son un peso muerto para la vida nacional.

Así lo siente y así lo afirma RADIO CLARÍN.

* Robert Bouvier, de origen francés, se pronuncia Robért BUVIÉ.